La casa es acogedora y tiene un jardín encantador donde se puede disfrutar de la naturaleza. La cena preparada por Montse fue memorable, con platos generosos y deliciosos.

* Ambiente acogedor
* Cenas deliciosas

* Baño muy pequeño
* Limpieza mejorable

Tranquilidad en un entorno acogedor

Pasamos unos días tranquilos aquí y lo mejor fue la cena que prepara el dueño. La comida estaba de lujo, cada bocado valía la pena. Sin embargo, la habitación era bastante pequeña y a veces resultaba incómodo moverse. Un área para mejorar sería la limpieza, ya que había polvo en varios rincones.

el ambiente es muy acogedor, el desayuno delicioso y montse cocina de maravilla. además, está cerca de muchas actividades al aire libre, como los baños termales y rutas de montaña. 🏞️

el baño es algo pequeño. 🚽

La cena fue deliciosa, pero la habitación era bastante pequeña.

El lugar tiene un ambiente acogedor y una decoración rústica que me encantó. La mesa compartida para cenar fue una experiencia única, muy sociable.

me sentí muy cómodo, no tengo ninguna queja

las habitaciones son encantadoras y acogedoras. el baño es muy pequeño y frío.

La habitación era pequeñita, y el baño super reducido, así que a veces era un lío moverse. Pero como el ambiente es acogedor, te olvidas un poco. La cama era cómoda y todo estaba bastante limpio. Aunque la decoración podría mejorar, se siente un toque rústico. Ah, y en desayunos ¡súper rico! Pan, mermeladas caseras, y como extra, cena muy rica que vale la pena probar. Aunque un par de detalles faltan en el mantenimiento, en general, no está mal para un par de noches.

El alojamiento tiene un ambiente acogedor y destaca por las deliciosas cenas que prepara el dueño, donde cada bocado es una delicia. Sin embargo, las habitaciones son algo pequeñas y podrían mejorar en limpieza. Las toallas no se cambian a diario, lo que puede ser un inconveniente durante estancias más largas.

Nada sobresale más que las cenas. Comida casera de gran calidad, un punto fuerte que deleita el paladar. Las habitaciones tienen encanto, ofreciendo un ambiente rústico que te hace sentir como en casa.

La acústica en el lugar es mejorable. se puede notar el ruido de las habitaciones vecinas. Las toallas no se cambian a diario, lo que puede ser incómodo si te quedas varios días. El único fallo significativo fue que la habitación era un poco pequeña, lo que puede resultar un poco agobiante al moverte.

una belleza acogedora

El desayuno diario fue espectacular. cada mañana disfruté de pan recién horneado y mermeladas caseras exquisitas que complementaban perfectamente la experiencia. La cena que preparó Montse fue un verdadero deleite, con platos de calidad que superaron mis expectativas. Además, el ambiente familiar y la calidez del lugar me hicieron sentir como en casa, creando un vínculo especial con otros huéspedes.

Sin embargo, el baño era un poco reducido, lo que hacía que moverse dentro de él fuera un poco incómodo.

El lugar es muy tranquilo, con un ambiente acogedor. Las cenas de Montse son un verdadero deleite, comida casera de calidad. El desayuno es muy completo, con mermeladas caseras que elevan la experiencia. También, la decoración rústica le da un toque especial.

No había nada que no me gustara.

Un hotel acogedor, la terraza es perfecta para relajarse. Las habitaciones tienen su encanto y el desayuno es de rechupete, especialmente las mermeladas caseras. Ideal para deportes de montaña y baños cercanos.

El baño era tan pequeño que casi tuve que hacer yoga para usarlo.